Distribución en tu sistema de almacén

Las estanterías convencionales son estructuras metálicas de varios niveles con una separación entre ellas a la medida de las cargas. La característica principal es que carecen de profundidad y se puede combinar en un mismo bloque estanterías de paletización y estanterías para picking, ya que es muy frecuente realizar la preparación de pedidos en los mismos pasillos de acceso.

El almacenaje convencional consiste en almacenar cargas paletizadas y artículos sueltos que se manipulan de forma manual. Los niveles altos están destinados para paletas completas, mientras que los niveles más bajos son para la preparación de pedidos.

Los almacenes que requieren almacenar gran variedad de referencias paletizadas de cada producto utilizan este sistema de almacenaje.

Existen dos modelos de estas estanterías, diferenciados por la base de los estantes.

De bandeja: el suelo o la bandeja es un panel metálico o estante de madera. También puede estar constituido por cajones, gavetas o ubicaciones para bultos y artículos pequeños.

De paletización: la base está formada por largueros o barras horizontales sobre las cuales se apoyan las paletas. Estas estanterías solo permiten almacenar mercancías paletizadas.

Algunas estanterías convencionales se colocan sobre raíles que permiten su desplazamiento lateral, así se suprimen pasillos abriendo solo los de trabajo.

Estas estanterías metálicas persiguen aumentar la capacidad de almacenaje, sin perder el acceso directo a cada paleta.

Principales características de almacenaje convencional

Las principales características del almacenaje convencional son:

Facilidad a la hora de aplicar un control rápido del producto: cada hueco tiene una paleta y se puede detectar fácilmente si existe rotura de stock, cuando la mercancía está clasificada y organizada.

Permite el acceso directo a cada paleta sin necesidad de mover o desplazar otras. Por este motivo, se puede realizar el picking o preparación de pedidos dentro de los pasillos de almacenaje.

Permite una distribución lógica del espacio disponible, aunque se trabaja con distintos tipos de carga.

Podemos destacar del sistema convencional su fácil implantación y adaptación a los programas informáticos de gestión.

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Almacenaje compacto

El almacenaje compacto o también conocido como almacenaje por acumulación, consiste en la formación de bloques de mercancías paletizadas, hasta la altura que permitan los medios mecánicos.

Es la propia estantería la que forma las calles interiores de carga con carriles de apoyo para las paletas, los vehículos entran en dichas calles interiores con la carga elevada por encima del nivel en la que la van a depositar. Las carretillas son el medio mecánico más utilizado y cuando entran para depositar o tomar la carga circulan en marcha frontal y para salir, vacías o con la carga, salen hacia atrás.

Tenemos dos tipos de estanterías para almacenaje compacto.

Las estanterías drive-in: forman un conjunto de ubicaciones en profundidad apoyadas, por la parte trasera, sobre la pared y un único pasillo frontal para maniobra y circulación de los vehículos. El mayor inconveniente que presentan estas estanterías es que los productos tienen que seguir el criterio de salida LIFO (Last-In-First-Out, el último que entra es el primero que sale).

Las estanterías drive-through: se instalan en forma de isla dejando a ambos frentes pasillos de maniobra y circulación para que los vehículos puedan trabajos por ambos lados de la estantería.

La principal ventaja de esta estantería es que facilitan la salida de mercancía mediante el criterio FIFO (First-In-First-Out, la primera paleta que entre es la primera que sale).

Características del almacenaje compacto

Entre las principales ventajas del almacenaje compacto encontramos:

Aprovechamiento excelente del almacén, tanto en volumen como en superficie.

Mayor protección de la mercancía almacenada; no sufre aplastamiento debido a que no se colocan unas cargas encima de otras.

Ahorro de espacio en los pasillos.

Reducción de costes, tanto de mantenimiento como los generados por las carretillas elevadoras.

El almacenaje compacto se conoce como de gran densidad, pues se consigue una ocupación excelente, tanto de la superficie como del volumen, y es más adecuado cuando hay que almacenar grandes cantidades de productos de baja o media rotación. El ahorro de espacio entre almacenaje compacto y almacenaje convencional puede llegar a ser muy relevante, pudiendo llegar a ser este ahorro de espacio un criterio decisorio para la toma de decisión sobre el mejor sistema de almacenaje a utilizar.

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